UXMAD

Intro:

A Marta le dio un vuelco el corazón al leer a Don Norman, así que dejo los pinceles, cogió el ratón y de nuevo se cumplió la máxima: joven y sobradamente preparada. Ahora desde Neolabels está al frente del departamento de UX. Tiene una vida profesional corta pero intensa: Telefónica I+D, Ideup, Multiplica… Poco importa lo caminado si no sabes hacia dónde vas, nos parece que Marta no tiene ese problema y seguro que muchos más la seguirán.

¿Cuando eras niña… soñabas con dedicarte a algo creativo?

De pequeña hacía cosas creativas, pero no pensaba en el futuro. Lo que más me gustaba era jugar con “los legos” de mi primo o me pasaba el día entero pintando, con esos estuches llenos de rotuladores y témperas. En casa, teníamos la cocina empapelada de mis dibujos, a medida que iba pintando y la pared se llenaba, mi padre los quitaba y ponía nuevos dibujos. ¡Aún los guardan todos!

Crecí muy cerca de la pintura y el dibujo, mi padre había pasado sus etapas de pintor y ceramista, supongo que de ahí me venía lo de hacer lo mismo que él. Otra cosa que recuerdo es lo mucho que cacharreaba con aparatos electrónicos, desmontarlos y volverlos a montar, ¡me encantaba!

Cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, no lo entendía. No comprendía muy bien qué era eso de dedicarte a algo, tener una profesión. Entonces pregunté a mi madre por algo a lo que dedicar mi futuro y que se pudiese estar dibujando todo el tiempo… ella siempre me decía que arquitectura, supongo que pensando que tendría más futuro. Así que crecí diciendo que quería ser Arquitecta hasta que descubrí que existía la carrera de Bellas Artes. Todavía hoy se lo recuerdo.

¿Cómo llegaste al mundo del diseño?

Estudié Bellas Artes así que de una manera u otra mi vida siempre ha estado relacionada con el diseño. Lo que me resultó más difícil fue empezar a ganar dinero trabajando en ello (risas).

Después de un año en Italia de Erasmus, regresé a casa de mis padres, aquello fue un shock importante. No sabía qué hacer con mi vida, aún tenía una asignatura pendiente para terminar la carrera, para colmo de males la crisis económica del 2007 empezaba a hacer de las suyas. Empecé la carrera pensando que no quería acabar siendo diseñadora ni trabajando como profesora, terminé con un master en diseño y otro en profesorado (risas). Pensar que he terminado trabajando como diseñadora parece ahora una evolución lógica y normal, en aquella época no lo fue en absoluto. La mayoría de los que entramos en Bellas Artes esperábamos salir colocados en alguna galería o como artistas. Finalmente, mis primeros pasos profesionales como diseñadora gráfica los di en el departamento de diseño de Telefónica I+D.

¿Y tu evolución?

Mi primer año en Telefónica I+D lo pasé en el departamento de diseño gráfico. Muy poco a poco mi trabajo fue girando hacia el mundo Web y la interacción, ni giro de 180 grados ni algo espectacular, todo fue muy gradual. Lo inesperado fue conocer al que sería mi gran amigo y compañero Bert Bräutigam, fue realmente él quien empezó a hablarme de un mundo nuevo, el de la interacción. Él fue un referente para mi, la persona que me abrió los ojos a este mundo. Me recomendó el libro de Don Norman “La psicología de los objetos cotidianos”, ahí mi percepción del diseño cambió por completo. En mi segundo año en Telefónica, trabajé directamente con ingenieros e informáticos, el entender cómo funcionan las cosas por detrás y las consideraciones técnicas me ayudó a reflexionar mucho más sobre lo que hacía y las implicaciones de mi trabajo.

A la vez cursé un máster en formación del profesorado que me encantó, estuve realizando prácticas como profesora de artes plásticas en un instituto, una étapa disfruté muchísimo. Mi tiempo en Telefónica terminó, pero continué con mi formación en el mundo Web con un máster de diseño Web en Aula Creativa, creo que fue para compensar la formación que no recibí en Bellas Artes, ahí sólo me interesaban la pintura y la fotografía y a pesar de ser un máster más técnico de lo que me esperaba posteriormente me ha resultado bastante útil.

Aún no había decidido qué hacer con mi vida, tenía el mundo de la educación y el del diseño. Con la crisis y los recortes en educación la decisión me resultó más sencilla, también me ayudó el pasar tres meses estudiando una oposición y descubrir que aquello no era lo mío. Empecé a buscar trabajo de diseñador de interacción, vi una oferta para un junior en el departamento UX de Vector y me cogieron, ¡no me lo podía creer!

Allí coincidí con un gran equipo; mi jefa fue Cecilia Vera y además recuerdo con mucho cariño a mis compañeros de trabajo, Rubén Pérez Huidobro, que hablará este año en el UXSpain, Ramón Andrío Viloria, Carmen Bravo Salán, Pablo Sánchez Moya… todos veníamos de mundos totalmente diferentes: una topógrafo, dos periodistas, un informático-escritor, dos psicólogos, ¡aquello era genial! Aprendí muchísimo, no sólo de UX también de trabajar en equipo. Con la salida de Cecilia el departamento quedó descabezado y me fui al poco tiempo a Ideup, después Multiplica y actualmente trabajo en NeoLabels.

¿Qué haces actualmente?

Trabajar mucho (risas). Acabo de cambiar de trabajo, ahora soy la responsable de Experiencia de Usuario en Neolabels. Se trata de una agencia de publicidad, quiero vivir la experiencia, probarme a mi misma, creo que tendré que evangelizar un poco pero estoy muy, muy contenta.

¿Tuviste algún mentor o maestro que marcó tu camino especialmente?

Bert Bräutigam ha sido una persona muy importante en mi vida profesional y también un gran amigo. Él me hizo despertar y conocer nuestra disciplina, cómo se comportan los objetos y los usuarios y la medida en que cada uno influye al otro. Con Bert hablé mucho, tomé mucho café, me descubrió muchísimas cosas nuevas y le estoy muy agradecida.

También Cecilia Vera, agradezco infinitamente su confianza al darme mi primer trabajo dentro del mundo UX, ¡lo estaba deseando! Tiene muchísimo conocimiento de la experiencia de usuario y no conozco a nadie mejor que ella para liderar un equipo de diseño. Junto a ella hacíamos dinámicas en grupo para conocernos los unos a los otros, así consiguió conocernos perfectamente, trataba de dar a cada uno las tareas en función de nuestros intereses. Trabajando con ella no solo hacíamos UX. A su lado hice “naming”, empezamos a escuchar sobre el diseño de servicios, incluso packaging para presentar productos físicos a los clientes, no solo nos dedicábamos a prototipar e investigar, con ella el trabajo no tenía límites.

Otra gran influencia es Javier Cañada. Me formé dentro del Programa Vostok, casi se me olvida decirlo (risas). Agradezco sobre todo la reflexión, el análisis y la justificación que hay dentro de todo diseño, eso se lo debo a Javier. El día a día en los proyectos nos lleva a no reflexionar sobre lo que hacemos o cómo lo hacemos, siempre que estoy diseñando me acuerdo de su frase: “todos los recursos que pones en una web cuestan euros, piensa muy bien qué euros quieres gastarte y porqué”, siempre lo tengo en mente.

María Acaso, mi profesora en el máster de formación del Profesorado en Artes Plásticas, que creo que ahora mismo anda haciendo cosas cercanas a la Experiencia de Usuario, ella me abrió la mente a una nueva manera de pensar sobre la educación, el arte y otros aspectos de la vida. No sé, mucha gente (risas).

¿Cuál ha sido la decisión más arriesgada de tu carrera?

No sé si se puede considerar arriesgada y tiene parte de profesional y personal. Siempre recuerdo el momento en el que al terminar mi contrato en Telefónica I+D estuve trabajando en una tienda de ropa en La Vaguada, un trabajo que detestaba. Tomé la decisión de dejarlo, a pesar de que eso suponía volver a casa de mis padres, centrarme en mi carrera y probar suerte con las oposiciones, afortunadamente a los pocos meses entré en Vector trabajando de UX. Siempre la recuerdo como la mejor decisión que he tomado para mi carrera.

¿Estás satisfecho con tu carrera?

Estoy contenta con mi vida y por extensión estoy contenta con mi carrera. Me siento una privilegiada porque me apasiona mi trabajo. Tengo la sensación de que en el mundo del UX nos cuesta mirar fuera y ver otras realidades, aún soy joven y cuando me junto con mis amigos, pocos tienen trabajo y mucho menos las oportunidades de poder moverse y de hacer más o menos lo que les gusta.

¿Qué piensas que estarás haciendo en 5 años?

Seré rica (risas), digo que me gustaría ser rica en el sentido de no tener limitaciones por culpa del dinero. No, no tengo ni idea que estaré haciendo dentro de cinco años, en relación al diseño me gustaría estar haciendo proyectos relacionados con un lado más social. No estar siempre mirando a la conversión económica de los proyectos, hacer cosas útiles para las personas, sin más.

Me encanta el urbanismo. Estuve hace poco tiempo en unas jornadas del MediaLab Prado en las que se pensaban las ciudades desde el punto de vista de la mujer, me sorprendió porque teorizaron mucho, iba esperando que sacaran un montón de post its y nos pusiéramos a dibujar, a pensar haciendo. Estoy segura que toda esa teoría se podría materializar desde nuestro disciplina, son muy interesantes ese tipo de miradas que parecen poco relacionadas con el diseño, pero que de un modo u otro, el diseño podría llevar a cabo.

Describe un día normal en tu trabajo.

Con mi nuevo trabajo aún no tengo un día normal, pero noto el cambio desde mi época en Ideup, donde la mayor parte del tiempo estaba haciendo tareas de producción, ahora estoy más en reuniones internas o con clientes. Cuando trabajaba en Multiplica mi día a día fue un poco más caótico, trabajaba muchos días desde casa, éramos tres personas en la oficina de Madrid así que tenía que asumir muchas tareas de gestión; dirección de proyectos, estimaciones, timmins, reuniones con cliente, presentaciones, coordinación con el equipo de Barcelona, y labores de producción, tenía muchas cosas pendientes, vamos que no daba a basto. Tenía la sensación de estar corriendo como una loca de un lado para otro (risas).

Y ahora en Neolabs. Espero estar sentada un poco más en mi sitio diseñando, que es lo que me gusta y tener una agenda de reuniones un poco más llevadera. Tener un equipo de gente detrás te da soporte y permite repartir tareas, creo que eso es fundamental para que cada uno pueda centrarse en lo suyo, aunque a veces te toque participar un poco de todo.

¿Perteneces o has pertenecido a alguna comunidad de diseño?

Ahora mismo no. Creo (risas).

He asistido en varias ocasiones tanto al 04×10, aquí en Madrid, como al UXSpain, pero no he participado nunca activamente. Ahora sí, participo algo más en Ladies that UX. A principio de año hicimos una sesión para lanzar ideas y se ha estado trabajando en diferentes temas y propuestas que veremos a largo de este año.

Todos ellos super necesarios, por ejempo ¿cómo llevar mejor comunicación con equipos de desarrollo? Para ello traeremos a una mujer que nos hablará sobre su experiencia en el tema y hablaremos de las claves de esta questión. También tenemos presentaciones entre nosotras, la intención es empoderarnos y ganar confianza, a parte de darnos apoyo.

Muchas veces se ha criticado la escasa participación de mujeres en eventos como el UXSpain, y por otro lado los organizadores se quejan de la falta de mujeres presentando propuestas, esta es una forma de intentar romper con eso, de sentirnos más seguras y empezar a ser parte activa, creo que es un buen comienzo. Me gusta que trabajemos esa confianza en nosotras mismas todas juntas, es importante.

¿Piensas que este tipo de comunidades son importantes en nuestra profesión?

Considero muy importante el hacer comunidad, el juntarse con otros con intereses similares y aprender. Siempre es bueno juntarse y aprender de todo el mundo, se tenga o no algo en común con ellas.

También es verdad que cuando me he acercado a comunidades, al final, siempre se han creado jerarquías o rutinas con las que no me siento cómoda y al final he acabado dejándolo. Pero esto no es exclusivo del mundo del diseño, me ha ocurrido lo mismo con comunidades que nada tienen que ver con el diseño.

Cuando hay grupos de trabajo me siento más agusto, todo se hace más productivo, soy de las que piensa que se aprende haciendo y experimentando, si además eso sucede intercambiando conocimiento con otras personas creo que es todavía más enriquecedor. No sólo se trata de poner en práctica las habilidades de cada uno, sino de aprender a negociar con los demás. Las comunidades están bien pero todo se me queda un poco en el aire, se habla mucho pero falta bajar ese conocimiento a la tierra.

Si dieras un solo consejo a alguien que está empezando, ¿cuál sería?

Que no diera consejos (risas). No me gusta dar consejos, es mejor equivocarse, hacer cosas. Se aprende de equivocaciones. Otra cosa importante es ser humilde, todas las personas tienen algo que ofrecer y todas nos pueden enseñar algo.

¿Dinos los sitios Web que has descubierto y más visitas últimamente?

Uso mucho Awwwards como inspiración para proyectos. Depende un poco del proyecto en el que esté trabajando, ahora mismo estaba haciendo uno para un museo y me he estudiado el MoMA, Tate Modern, Victoria & Albert Museum, The Metropolitan Museum of Art, Rijksmuseum, Van Gogh Museum… todos.

En cuanto a aplicaciones me bajo muchas, las descargo, las uso, las desinstalo y vuelvo a empezar. Uso bastante Instagram porque me gusta mucho la fotografía, Wallapop por curiosear la infinidad de cosas que el ser humano es capaz de vender.

Las apps de ligar me parecen muy interesantes por como cambia el enfoque de unas a otras, empecé con Caoba, al ser un proyecto de Javier, me entró la curiosidad de ver cómo funcionaban las demás, Tinder, Happen, OkCupid… Algunas las hacen muy parecidas, tienen un estilo de descartar o pillar sin más, no hay casi descripciones de perfiles y te tienes que guiar por la imagen, es el ligue de discoteca en digital, te fijas en la imagen y poco más. Otras explotan otros conceptos, como Adoptauntio que está pensada desde una perspectiva más femenina, las chicas tienen el control en esa app, o al menos eso parece, te mandan hechizos si lo aceptas permites que el tipo en cuestión te mande notitas, además el otro día un amigo me contó que ellos tienen acceso restringido a unas horas del día, si quieren entrar más tienen que pagar. Otras como OkCupid que tienes que completar un largo listado de preguntas sobre ti, algo más parecido a una cita larga con café.

Desde hace poco tengo la app de BiciMad porque uso el servicio de bicis, es bastante desastre y algunas cosas no siempre funcionan, pero cumple la función más necesaria para mi, que es la de recargar la tarjeta, aunque se pierde todo el valor que podría aportar la app al servicio.

Marta en Internet:

• Twitter: @emepuntog
• CV Visual: Marta García
• Linkedin: Marta García Pascual
• Instagram: emepuntog

Su selección musical