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Javier Cañada

Javier Cañada Gestaltingenieur

Lo mejor o nada

enero - 2015

Para Ayn Rand, el hombre para vivir debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está. No sabemos si la señora Rand estaba pensando en Javier Cañada, pero se nos antoja sospechoso el parecido. Javier, salvando las distancias, es junto con Alfredo Landa una de las pocas personas en España que ha conseguido que su nombre sea definitorio de una forma de hacer y entender una profesión. Aquí, o eres “Cañadista”… o lo contrario.

Intro:

Más allá de haber sido uno de los fundadores de la primera comunidad española de arquitectura de información y usabilidad: Cadius, ser formador de uno de los programas más prestigiosos de diseño de interacción: Programa Vostok, la persona al frente de uno de los mejores y más personales estudios de diseño: Vostok Studio, escritor de uno de los blogs de referencia en nuestra profesión: Terremoto.net, Javier es una persona amable, extremadamente educado y brutalmente honesto. Nada más hay que decir sobre él, leerle y disfrutarlo.

¿Cuando eras niño… soñabas con dedicarte a algo creativo?

No me acuerdo. Recuerdo la típica fase de querer ser bombero o policía, por el contrario nunca quise ser deportista. La verdad es que no me acuerdo, un poco más mayor quise ser ingeniero “genético”, pero ni siquiera de esto tengo un recuerdo claro. Tal vez, lo más claro en mi memoria sea mi fascinación por los relojes digitales, los Casio. Pensaba que debía de ser “la leche” trabajar en algo así, pero aún no tenía claro si era algo más creativo o tecnológico.

¿Cómo llegaste al mundo del diseño?

La mía es una historia un poco tremenda. Desde que tuve acceso a internet y los ordenadores me habían gustado, pero aún más me gustaban las ciencias sociales así que terminé estudiando Sociología. En el 97 (mi tercero de carrera), había hecho algunas webs en el entorno de mi facultad y casi de una forma inconsciente me encaminé hacia el diseño de interacción.

A través de una beca fui a estudiar a los Estados Unidos, a la Universidad de Washington en Seattle. Allí me pasaron dos cosas, la primera fue toparme con unos profesores increíbles de “Society and New Media“, en concreto Phil Bereano y John Bowes. Tuve la suerte de que apreciaron mi interés de “pobre diablillo español” y me invitaron a tomar clases de “graduate studies”, aquello fue increible. A estas clases venía gente mucho más mayor que yo y que trabajaban en empresas como Amazon, Microsoft, Real Networks… Eran quince personas que trabajaban en empresas líder del sector y yo, un “pringaillo” alucinado.

La segunda cosa que me pasó fue la tremenda. Llegué tarde a la Universidad, cuatro días antes de que empezaran las clases, y me costó mucho encontrar piso. Terminé compartiendo un piso absolutamente maravilloso, con un chico que traficaba con speed entre la comunidad gay de Seattle. No era menudeo, era algo serio. Uno de sus clientes más importantes era el entonces encargado de reclutar usuarios para las pruebas de usabilidad de Microsoft. Un día nos conocimos. Las transacciones de speed se hacían en la cocina, y mientras él esperaba su turno en el salón me preguntó si yo era extranjero. Necesitaban usuarios internacionales de mi perfil, universitario y que hablará más de un idioma. Sin pensármelo le dije que sí. Terminé como usuario invitado en el campus de Microsoft, me pareció fascinante lo que hacían allí, después de mi prueba me quedé hablando con algunos de los expertos en HCI que había allí, volví a casa con la idea clara de lo que quería hacer con mi carrera.

Javier con sus alumnos del Programa Vostok V, el día que les visitó A. Hearst, ex-content strategist de whitehouse.gov (2014)

Javier con sus alumnos del Programa Vostok V, el día que les visitó A. Hearst, ex-content strategist de whitehouse.gov (2014)

“Lo que hacemos en las escuelas de diseño es formar a un grupo de personas, no creamos necesariamente una comunidad, impartimos algo formal y estructurado, según una forma de ver y entender el diseño y sus referentes. En el Programa Vostok tratamos temas en los que aporto mi experiencia y además viene gente que admiro a que den charlas”

¿Y tu evolución?

Antes de irme a Seattle ya había hecho cosas de diseño web, pero sin saber muy bien lo que estaba haciendo. La vuelta de Seattle a España para estudiar quinto de carrera fue muy frustrante. Había pasado un año estudiado sociología en medios digitales, la forma en que se relacionaban y creaban comunidades, las relaciones en ecosistemas virtuales…. En España no había nada de eso. Lo más que encontré fue una solitaria asignatura que se llamaba “Sociología de Internet“, que además consistía únicamente en consultar enlaces a otras webs, era bastante patético (risas).

Junto con mi compañero de piso, montamos GayGR.com, una guía de ocio gay en Granada, un negocio que nos pagaba el piso y la conexión a internet. Mi compañero de piso era gay y realizaba el trabajo comercial, yo me dedicaba a la parte “informática” del asunto. Sabíamos lo que queríamos hacer y empezamos a sacar dinero con el portal. Me acuerdo que GayGR fue un negocio rentable antes siquiera de que tuviésemos el dominio, fuimos a un par de bares a ofrecer el servicio y en todos nos dijeron que sí y nos soltaron el dinero por adelantado, con eso fuimos a Network Solutions a comprar el dominio. Esos fueron mis inicios en el mundo del diseño, el resultado final es que apenas iba a clase, me quedaba en casa trabajando en este y otro par de proyectos que me surgieron.

El desenlace de esta historia fue que antes de terminar quinto de carrera ya estaba disparando a ofertas interesantes, me cayó una muy buena en IconMediaLab y terminé en Madrid trabajando en proyectos de HCI. Por cierto, todos en el equipo eran chilenos, así qué aquello era más bien Human Chilean Interaction.

Ese mismo año monté Terremoto.net, un dominio que tenía desde hace tiempo, y lo convertí en un blog para apuntar las cosas que me gustaban. Si miras en el archivo del blog verás que al principio casi todas las entradas era como “tweets”, dos o tres líneas y un link, me sirvió para retroalimentar mi interés.

¿Qué haces actualmente?

Hago un poco de todo, lidero proyectos desde una concepción amplia del diseño para clientes, también tengo algún pequeño proyecto propio. Además escribo y enseño diseño.

“Me lancé a montar un curso que no sabía muy bien lo que iba a ser, luego ha resultado ser un curso que he repetido en cinco ocasiones, que es el Programa Vostok. Poco a poco, unos trabajos freelance se han convertido en el estudio de diseño Vostok.”

Vostok, detalle del estudio

“Haber decidido cerrar el estudio tiene que ver con eso, con sentir que una forma de hacer las cosas no te da el placer que te daba antes y necesitas moverte horizontalmente. Me interesan otros mundos, otras carreteras que discurren por la misma zona en la que estoy pero que no son ahora mismo mi asfalto”

¿Tuviste algún mentor o maestro que marcó tu camino especialmente?

No. Tuve personas que en ámbitos muy concretos me enseñaron cosas, pero no tuve un mentor en mi profesión. Por ejemplo, estuvo Andrés Sulleiro, que ahora dirige el área de diseño en Razorfish en Chicago, él me ayudó a ganar seguridad en el trabajo. También he tenido clientes que me han enseñado muchísimo, he aprendido infinidad de cosas de Javier Casado de Globalia, o más recientemente de los chicos de Ducksboard o Gabriel Aldamiz de Chicisimo y su forma reflexiva de entender las métricas. Siempre me acuerdo de un camarero, que trabajaba en el restaurante de mi familia, que en momentos de caos conseguía tranquilizarnos a todos, eso te hace ganar en tranquilidad en momentos en los que parece que todo se va “a la mierda“. Ese temple se lo debo a él. También algún profesor bueno he tenido, pero no creo que haya tenido una figura única.

Hablando de mis influencias en el trabajo y si hago memoria, siempre me ha interesado el diseño de interacción desde el punto de vista del producto. Hace unos años, rebuscando en trastos de adolescencia me encontré un libro titulado “Qué es el diseño”. Lo vi con 15 años en una feria y me impresionó cómo no hablaba de gráficos sino de cómo funcionaban las cosas, de brújulas de barco, maquinaria de jardín, coches… Me gustó tanto y tenía tan poco dinero por aquel entonces que decidí robarlo. Ahora no sé si me arrepiento o no.

Hoy me parece importante trabajar con algo tangible. La llegada del iPad y demás productos de Apple lo ha hecho más evidente para todos nosotros. Incluso cuando hace ocho nueve años hacíamos webs con árboles de contenidos y “toda esa mandanga” ya tenía la sensación de que realizamos trabajos que a veces son tan reales que casi nos podemos meter dentro de ellos, como si de un edificio se tratara, entonces nuestro trabajo se convierte en arquitectura. A veces es diseño industrial, a veces gráfico, a veces es arquitectura, a veces urbanismo. No sé muy bien ni cómo ni porqué pero casi desde el inicio conecté el diseño de interfaz con el diseño de producto más que con el grafismo.

Ese pensamiento lo conecté con las primeras lecturas que tuve de la Escuela de Ulm, que fueron las que me saltaron los plomos profesionalmente, la primera vez que me estalló la cabeza y dije: “esto es alucinante”. Lo que hacemos tiene mucho más que ver con la arquitectura que lo que cuentan los “Louis Rosenfeld´s”, los “Peter Morville´s”, o los “Jakob Nielsen´s” de turno, que son muy interesantes, pero esto es mucho mejor…

No sé, siempre me han gustado las radios, creo que fue a través de las radios de Dieter Rams con las que llegué a la escuela de Ulm y de ahí a Otl Aicher, leerle fue una revelación. Posteriormente lo encadené a otras cosas, fue mi afición por las radios (señala varias), siempre me pareció que estos aparatos son los primeros ejemplos de interacción, no digital, pero sí electrónica. Haces algo, el aparato te devuelve un contenido, y decides qué hacer con ello, escucharlo o volver a interactuar con el dispositivo.

¿Cuál ha sido la decisión más arriesgada de tu carrera?

Si lo pienso ahora, sé cual fue pero no fuí consciente de ello en su momento. Una semana antes de que naciera mi hijo vendí mis acciones de 11870.com, que tenía como fundador, y dejé el puesto. Me lancé a montar un curso que no sabía muy bien lo que iba a ser, luego ha resultado ser un curso que he repetido en cinco ocasiones, que es el Programa Vostok. Poco a poco, unos trabajos freelance se han convertido en el estudio de diseño Vostok. Pensar que salí de la manera en la que salí, con un hijo en camino, fue todo un poco loco, no sentí el riesgo, ahora cuando lo pienso fue algo poco meditado.

Javier Cañada dando una charla en TEDxValladolid sobre la creación individual

Dando una charla en TEDxValladolid sobre la creación individual

“… con las primeras lecturas que tuve de la Escuela de Ulm, que fueron las que me saltaron los plomos profesionalmente, la primera vez que me estalló la cabeza y dije: “esto es alucinante”. Lo que hacemos tiene mucho más que ver con la arquitectura que lo que cuentan los “Louis Rosenfeld’s”, los “Peter Morville’s”, o los “Jakob Nielsen’s” de turno, que son muy interesantes, pero esto es mucho mejor.”

Javier Cañada dando una charla a los alumnos de KSchool

Dando una charla a los alumnos de KSchool
Javier Cañada impartiendo un taller en el Día de la Usabilidad en Bogotá

Impartiendo un taller en el Día de la Usabilidad en Bogotá

¿Estás satisfecho con tu carrera?

No, sólo llevo quince años de carrera. No me puedo quedar aquí, tendré que hacer más cosas (risas). Además, no creo que una carrera sea una progresión lineal, creo que, hay veces, cuando te sientes cómodo y dominas lo que estás haciendo, lo siguiente, no es hacer más de eso o supervisar a gente que hace eso, es dar un paso a un lado y hacer una cosa distinta, aún espero aprender muchas más cosas en mi carrera.

Haber decidido cerrar el estudio tiene que ver con eso, con sentir que una forma de hacer las cosas no te da el placer que te daba antes y necesitas moverte horizontalmente. Me interesan otros mundos, otras carreteras que discurren por la misma zona en la que estoy pero que no son ahora mismo mi asfalto: las narrativas, el cómic, el cine… Experimentar más y en otros terrenos.

¿Qué piensas que estarás haciendo en 5 años?

No tengo ni idea (risas). Me gustaría seguir asesorando a gente que quiere hacer cosas interesantes en interacción, encontrar nuevas formas de contar las cosas que voy aprendiendo y tener suerte para encontrar nuevas cosas que me apasionen, no veo nada muy concreto, ya se verá.

Describe un día normal en tu trabajo.

Varía mucho dependiendo de si tengo que cuidar de mi hijo o no, son semanas completamente distintas. Si cuido de él, madrugo mucho para llevarle al colegio y tengo ratos de trabajo mucho más organizados. Suelo tener una reunión al día o cada dos días, voy al estudio y me pongo a trabajar en lo que necesita mi atención en ese momento, por la tarde intento escribir un poco de algo.

Las otras semanas, mi día a día se desbarajusta un poco. Puede que duerma un poco más por las mañanas, que acabe a las tres de la mañana escribiendo algo, o que me vaya un par de días con el coche a perderme por ahí. No hay mucha rutina, pero siempre intento escribir un poco, leer un poco, dedicarle poco tiempo al trabajo, pero que me cunda mucho y todo esto dependiendo de lo que más me apetezca hacer ese día. Soy más productivo así, si en ese momento me apetece hacer las cosas, todo sale mucho mejor.

¿Perteneces o has pertenecido a alguna comunidad de diseño?

He pertenecido a Cadius, comunidad que fundé junto a Nacho Puell. Durante mucho tiempo estuve muy involucrado, ahora no pertenezco a ninguna. Todas las comunidades empiezan como una red, es la parte más interesante, de gente que hace cosas parecidas y se enseñan mutuamente. Te acercas a gente que te gusta cómo trabaja, miras cómo hace las cosas, aprendes… Se empieza como una red y luego se crea la comunidad que es su forma institucional. Los inicios siempre son muy chulos, todo el mundo, o casi todos, aportan en la medida en que reciben. Después se vuelve en una especie de escuela gratuita. Muchos van a recibir y pocos aportan, cuando esos pocos se dan cuenta de que no reciben nada se van y la comunidad se cae. Luego otros tienen ganas y comienza de nuevo el ciclo, siempre acaba siendo lo mismo.

Javier Cañada, en el estudio, con Ricardo Fernández y Gabriela (2013)

En el estudio, con Ricardo Fernández y Gabriela Lendo (2013)

“En el Programa Vostok tratamos temas en los que aporto mi experiencia y además viene gente que admiro a que den charlas. Eso no es una comunidad. Posteriormente los alumnos del curso se contactan entre ellos para temas de trabajo, sus vínculos son mucho más profesionales y con contenido que los vínculos de gente que se conoce con una cerveza en la mano.”

¿Piensas que este tipo de comunidades son importantes en nuestra profesión?

No. En retrospectiva, pienso que no son demasiado buenas. Las redes profesionales son importantes, pero son informales. Me refiero a que la gente interesada en cosas parecidas, con un interés verdadero en la materia, y no en el “cerveceo” o en “chuparnos las pollas“, se acaba encontrando en blogs u otros sitios. Se contactan sin miedo y con respeto profesional: te leo, te escribo, me sigues… un día te pido opinión de algo, otro día me invitas a colaborar en otra cosa… Las comunidades son otra cosa, son una manera informal de corporativismo y no me interesan, priman mucho más las relaciones que el conocimiento, la capacidad o la profesionalidad, es mi sensación.

Las escuelas de diseño son una cosa diferente. Que una escuela te de una forma de entender el diseño, que exista camaradería entre sus miembros o que sientan complicidad entre ellos porque han sido formados de una manera parecida, es cosa distinta a una comunidad. Lo informal es consecuencia de lo formal, el otro trayecto no lo veo claro. Si te fijas en muchas comunidades, fácilmente, el 70% que pulula por allí no aporta nada, más allá de sí me relaciono con fulanito o menganito, hay mucha mala hierba y poco árbol.

Lo que hacemos en las escuelas de diseño es formar a un grupo de personas, no creamos necesariamente una comunidad, impartimos algo formal y estructurado, según una forma de ver y entender el diseño y sus referentes. En el Programa Vostok tratamos temas en los que aporto mi experiencia y además viene gente que admiro a que den charlas. Eso no es una comunidad. Posteriormente los alumnos del curso se contactan entre ellos para temas de trabajo, sus vínculos son mucho más profesionales y con contenido que los vínculos de gente que se conoce con una cerveza en la mano. No hay nada de malo en el tema de las cervezas, pero para mí debe haber algo sólido desde el principio. Los buenos vínculos profesionales se empiezan por compartir algo serio, luego se comparte las cervezas.

[Sobre las comunidades] “Te acercas a gente que te gusta cómo trabaja, miras cómo hace las cosas, aprendes… Se empieza como una red y luego se crea la comunidad que es su forma institucional. Los inicios siempre son muy chulos, todo el mundo, o casi todos, aportan en la medida en que reciben.”

Javier Cañada en una foto de familia de Vostok Studio (2013)

Foto de familia de Vostok Studio (2013)
Si dieras un solo consejo a alguien que está empezando, ¿cuál sería?

Que no tenga miedo en contactar con la gente que respeta profesionalmente. Que se deje de mandangas, que se preocupe menos de relacionarse y mucho más por el intercambio de conocimiento más que el intercambio de ocio, o de colegueo.

¿Dinos los sitios Web que has descubierto y más visitas últimamente?

Me lo paso muy bien con las aplicaciones que hay ahora mismo para prototipar en el movil de manera dinámica, es una tontería pero me encanta la simulación, es muy buena y creo que algunas permiten hacer cosas con mucha chispa. Luego, aparte de Paper cada vez hay más aplicaciones para scketchear y pintar y cada vez son más chulas, me parece un campo chulísimo, muy interesante.

Ahora he vuelto a NetNewsWire, un lector de feeds que utilizaba hace “chorrocientos mil años” y que siguen desarrollando. No tiene versión móvil y creo que eso es algo bueno. Pasa una cosa, y es que queda muy poca gente escribiendo blogs, y es un filtro cojonudo de calidad, porque solo los que realmente sienten que necesitan contar algo bueno, se toman la molestia de escribir unos cuantos párrafos. En los blogs hay reflexiones muy buenas, el lector de feeds me hace llegar a ellos de una manera activa, un poco lo que pasaba hace unos años, y que dejamos de hacer por Twitter.

“No sé, siempre me han gustado las radios, creo que fue a través de las radios de Dieter Rams con las que llegué a la escuela de Ulm y de ahí a Otl Aicher, leerle fue una revelación. Posteriormente lo encadené a otras cosas, fue mi afición por las radios (señala varias), siempre me pareció que estos aparatos son los primeros ejemplos de interacción, no digital, pero sí electrónica. Haces algo, el aparato te devuelve un contenido, y decides qué hacer con ello, escucharlo o volver a interactuar con el dispositivo.”

Javier Cañada en un detalle del estudio Vostok

Ducksboard, comprada en 2014 por New Relic y ahora cotizando en el NYSE

Ducksboard, comprada en 2014 por New Relic y ahora cotizando en el NYSE

Javier en Internet:
Su selección musical
Artista Canción
Ruggero Leoncavallo Pagliacci: Act I: Recitar! … Vesti la giubba (Chorus)
Orchestra Di Padova E Del Veneto & Peter Maag Symphony No. 7 Op. 92: II. Allegretto (Beethoven)
Zbigniew Preisner Lacrimosa
Pixies Wave Of Mutilation (UK Surf)
Depeche Mode Enjoy the Silence
Ramones Strength To Endure
Weezer My Name Is Jonas
Fischerspooner Emerge